El impulso de las energías limpias, como la eólica y la solar, es el principal foco de la Ley de energías renovables.

El impulso de las energías limpias, como la eólica y la solar, es el principal foco de la Ley de energías renovables.

En septiembre de 2015, las cámaras de Diputados y Senadores sancionaron la Ley 27.191, conocida de forma abreviada como ley de energías renovables. Esta normativa trazó como objetivo primario que en diciembre de 2017, el 8% del total de energía consumida en el país provenga de fuentes limpias, incrementando luego la meta de forma progresiva, hasta llegar a un 20% en 2015. Asimismo, definió que los usuarios del sistema de energía eléctrica deberán contribuir con el cumplimiento de estos objetivos.

En este contexto, ¿cuál es la responsabilidad de los grandes consumidores?, ¿qué soluciones tecnológicas permiten a las empresas y grandes urbanizaciones reducir el consumo y auto-generar energía? En esta nota de Tridia desarrollamos estos temas.

Los objetivos de la Ley de energías renovables

Según se lee en el decreto de reglamentación, la Ley 27.191, “Régimen de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía Destinada a la Producción de Energía Eléctrica” nace de la preocupación del Estado por asegurar los beneficios de las energías limpias al país y sus habitantes, fomentando la expansión del uso de fuentes renovables de energía no fósiles, como ser, eólica, solar térmica, solar fotovoltaica, geotérmica, mareomotriz, undimotriz, de las corrientes marinas, hidráulica, biomasa, gases de vertedero, gases de plantas de depuración, biogás y biocombustibles.

Para cumplir las metas que se propone, la normativa establece una serie de ventajas y obligaciones que alcanzan a los actores intervinientes. Entre los beneficios promocionales se prevé, por ejemplo, la devolución anticipada del Impuesto al Valor Agregado y la amortización acelerada del Impuesto a las Ganancias, en condiciones que varían según las metas alcanzadas por cada usuario y en qué plazos las ejecuta.

En la vereda contraria, la ley de energías renovables impone obligaciones a los grandes consumidores (clientes con consumo igual o mayor a 300 kW), quienes deben contribuir de forma efectiva e individual al cumplimiento del objetivo global. Pueden hacerlo reduciendo el consumo energético total o incrementando progresivamente el porcentaje en que las energías provenientes de fuentes limpias participan de su consumo total: 8% en 2017, 12% en 2019, 16% en 2021, 18% en 2023 y 20% en 2025.

Como vemos, la eficiencia energética ya no es solamente una decisión anclada en la cultura o los valores de cada compañía, sino una exigencia. Y, lógicamente, este cambio de hábitos trae aparejado una serie de desafíos para los grandes consumidores de energía.

¿Cómo pueden estos consumidores ahorrar al mayor grado posible la energía que consumen y alcanzar las metas planteadas en la ley de energías renovables? A continuación explicamos dos medios que lo hacen posible.

Los caminos para ser eficiente en el uso de la energía

Ser eficiente energéticamente significa ser capaz de lograr los mismos servicios o producir la misma cantidad de bienes con el menor uso de recursos posible. En síntesis, es hacer lo mismo gastando menos, siendo el ahorro de la energía consumida una vía muy importante de acceso a la eficiencia. Un segundo camino es ser partícipe de la producción la energía que se necesita, al menos de una parte de ella.

Haciendo más eficiente el consumo

Actualmente existen soluciones sostenibles y sustentables que, combinadas adecuadamente, permiten mejorar la competitividad de las empresas a través de una mejor gestión y un mayor ahorro de energía.

El primer paso es saber dónde se está parado. Un pormenorizado análisis de diseño y cálculo eléctrico de las instalaciones y equipos actuales permite conocer con certeza el punto de partida, definir indicadores de gestión tendientes a reducir el consumo en el grado necesario y, por último, elegir las estrategias, acciones concretas y soluciones tecnológicas que se implementarán para cumplir con la meta requerida por la ley de energías renovables.

La inversión en producción de energías renovables es una alternativa cada vez más accesible para medianas empresas y urbanizaciones.

Auto-generando energía limpia

La inversión en producción de energías renovables, principalmente de soluciones de generación de electricidad y agua caliente mediante energía solar, es una alternativa cada vez más accesible para medianas empresas y urbanizaciones. Esto sucede gracias al importante avance que tuvo la tecnología en este sector durante los últimos años, que ha masificado el alcance a soluciones como los colectores de energía solar, diseñados para recoger la energía irradiada por el sol y convertirla en energía térmica para calentar agua, o los paneles solares térmicos, con lo que es posible conseguir un alto rendimiento, prácticamente sin pérdidas energéticas.

Además, en lo que respecta al fomento de la producción in-situ de energía y el desarrollo del marco regulatorio adecuado, recientemente se ha avanzado de forma importante. En septiembre pasado, la Cámara de Diputados dio media sanción, por amplia mayoría, al proyecto de Ley que fomenta la generación distribuida de energía renovable. El objetivo de esta normativa es definir las condiciones para la generación de energía renovable por parte de los usuarios de la red de distribución, en primera instancia para autoconsumo, y con eventual inyección al mercado de excedentes. De avanzar esta iniciativa, los consumidores obtendrán reglas claras de ordenamiento jurídico, además de incentivos para lanzarse como productores de energías renovables, atento a los requerimientos de la ley de energías renovables.

En Tridia somos conscientes de que usar los recursos energéticos de manera eficiente es esencial para la preservación futura de nuestro planeta. Por eso, la eficiencia energética es parte de nuestra cultura empresaria.

Nos gusta ser partícipes del cambio, ayudando a nuestros clientes a calcular su Huella de Carbono y a diseñar a partir de allí acciones de mejora continua. Nuestro objetivo es pensar soluciones sostenibles, que conserven los niveles de servicio y calidad de vida acostumbrados, pero que a la vez fomenten el cuidado del medio ambiente y los comportamientos sostenibles.

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