confort higrotérmico

Al escuchar el concepto confort higrotérmico podemos sentirnos perdidos al desconocer su definición, pero éste implica una acción involuntaria y cotidiana tan simple como la sensación de no experimentar ni frío ni calor, teniendo en cuenta los niveles de humedad del ambiente. Este equilibrio condiciona las acciones de un individuo y puede llegar a alterar sus niveles de productividad o cansancio, entre otras cuestiones. En este artículo, te mostraremos cómo puede incidir el hombre para mejorar los niveles de eficiencia energética, utilizando menos recursos para obtener mayores beneficios.

¿Sabías que el cuerpo humano quema los alimentos que ingiere y genera calor residual casi al igual que una máquina? De esta manera, con el objetivo de mantener una temperatura de 37 grados en su interior, el organismo disipa este calor a través de mecanismos como la radiación, evaporación, conducción y la convección. En este contexto, el planeta juega un rol primordial y los cambios de temperatura y humedad generados en el mismo alteran las conductas de los individuos en diferentes ambientes.

En lugares cerrados, se pretende comprender las necesidades del ser humano para diseñar edificios maximizando el confort energético con un mínimo de equipamiento mecánico. En este sentido, para contrarrestar las consecuencias del frío o el calor, los hombres realizan un uso excesivo de recursos sin pensar en el daño colateral producido y sin interiorizarse sobre los beneficios de la eficiencia energética.

¿De qué hablamos cuando hablamos de confort higrotérmico?

¿De qué hablamos cuando hablamos de confort higrotérmico?

Este término, tan usual pero poco conocido, se define como la relación entre el calor corporal y el medioambiente. Si nos detenemos a pensar por un segundo, las condiciones establecidas por el confort higrotérmico afectan continuamente las acciones de los seres humanos, desde la posibilidad de tener un buen descanso en el hogar hasta los niveles de eficacia en múltiples ámbitos de la vida.

Según un estudio realizado por el Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste de EEUU, la Tierra está entrando en un periodo de cambio climático que será más rápido de lo que se ha producido de forma natural en los últimos mil años; en donde se destaca el aumento sostenido de las temperaturas en el ambiente. En esta línea, la NASA ha confirmado que el 2016 ha sido el año más caluroso desde 1880 ya que la temperatura global se situó 1,1 grados centígrados por encima de la registrada durante la era preindustrial, un suceso tan increíble como alarmante.

El deterioro del medioambiente, producto de éste fenómeno entre otras cuestiones, ha alterado especialmente el contexto laboral de los individuos. Frente a estas temperaturas, los centros de trabajo han decidido hacer uso de energía para contrarrestar los efectos generando excesos de calefacción en invierno y espacios helados durante las temporadas de verano.

Un estudio del Laboratorio de Factores Humanos y Ergonomía de Cornell determinó que altos niveles de temperaturas podrían aumentar el costo laboral por hora de un trabajador en un 10%. Los investigadores de este centro comprobaron que al pasar de 20 a 25 grados centígrados en los centros de trabajo, los errores se veían disminuidos en un 44% mientras que la producción aumentaba un 150%. En la otra vereda, una investigación publicada por la revista Nature afirma que el cambio climático puede afectar la productividad económica de un país; ya que la misma incrementa al aumentar la temperatura promedio anual pero este proceso tiene un límite, que se sitúa en los 13ºC. A partir de este punto de inflexión, la productividad va disminuyendo a medida que el calor sube y el agobio perjudica la dinámica de los trabajadores.

Es por esto que debe existir un equilibrio al intentar paliar el daño con el que responde el planeta Tierra. Con el objetivo de que las actividades desarrolladas estén en sintonía con el bienestar del trabajador, se debe conseguir esta armonía bajo las pautas de la eficiencia energética. Para lograr contribuir en este sentido, a continuación desde Tridia te detallaremos algunas cuestiones que inciden en los microclimas generados en lugares cerrados.

Factores que pueden afectar al confort higrotérmico

Tal como te hemos mencionado, a la hora de medir estas condiciones, se enfrentan problemas subjetivos ya que los individuos pueden adaptarse de manera diferente a las temperaturas bajas extremas o a las subidas abruptas de calor. Algunos de los factores que pueden influir en estos niveles de confort pueden ser:

Niveles de temperatura

Este punto parece muy intuitivo pero es interesante conocer que la diferencia entre esta temperatura ambiente y la de la piel de las personas determina el intercambio de calor entre el individuo y el aire. Este proceso es conocido como intercambio de calor por convección; aunque también existe el intercambio de calor por radiación. A través de este último mecanismo, el cuerpo cede calor si la temperatura de la piel es mayor que la del espacio en la que se encuentra.

Humedad

Esta condición, definida como el vapor de agua contenido en el aire, logra disminuir la transpiración del cuerpo humano. Generalmente, los individuos soportan mejor el calor seco que el húmedo ya que este último agobia y complica la respiración. En este sentido, se considera que el cuerpo se adapta sin problemas a un porcentaje que registre entre 30% y 65%.

Velocidad

El movimiento del aire incide directamente sobre la sensación térmica ya que, según sea la velocidad, variará la capa de aire que aísla al individuo y aumentará la evaporación del sudor.

Temperatura radiante media

Esta clasificación representa el calor emitido en forma de radiación por los elementos del entorno y se compone de las temperaturas superficiales ponderadas de todos los cerramientos. En este punto, se aconseja que estos valores no difieran en gran amplitud con la temperatura del aire.

La tipología de las actividades realizadas

Por supuesto, no podemos comparar el nivel de confort higrotérmico que disfruta un empleado de oficina con un minero que trabaja bajo tierra realizando excavaciones ya que las condiciones del contexto difieren afectando al ambiente. Es importante mencionar que el cuerpo humano transforma el 10% de la energía que consume en trabajo y el resto debe ser eliminado del organismo para no producir alteraciones en la salud; por lo que la tipología de trabajo que se realice colaborará o no en este sentido.

La vestimenta

La ropa y el calzado influyen directamente en la forma en la que un individuo puede enfrentar las condiciones del ambiente. En este sentido, cuanto mayor es la resistencia térmica de la vestimenta, más esfuerzo debe realizar el cuerpo para eliminar el calor concentrado en el mismo para cederlo al ambiente.  

El calor corporal

Este es uno de los puntos más controversiales del análisis del confort higrotérmico ya que volvemos a caer en la subjetividad de cada persona. De esta manera, los niveles de satisfacción con el ambiente serán muy complicados de analizar siendo que cada individuo se adapta de manera diferente a su entorno.

El rol del cuerpo humano en la eficiencia energética

El rol del cuerpo humano en la eficiencia energética

Tal como hemos mencionado, las empresas abusan de recursos para contrarrestar los efectos del cambio climático pero éstas no son las únicas: los hogares también son testigos del uso desmedido de energía. La importancia de la eficiencia energética está basada en los niveles de consumo, generando los mismos o mayores beneficios a un menor coste económico y medioambiental.

En el marco institucional, muchas empresas se han propuesto limitar el consumo de calefacción, refrigeración e iluminación en sus edificios. Por otra parte, en el contexto privado se han lanzado múltiples campañas de concientización para ayudar al planeta, al promover el funcionamiento de los aires acondicionados en una temperatura razonable de 24 grados. Es importante tomar conciencia del equilibrio que debemos buscar para lograr el confort higrotérmico y adaptar nuestro cuerpo a colaborar en este sentido.

Desde Tridia, te proponemos soluciones tecnológicas para lograr la eficiencia energética sin afectar los niveles de productividad de tu empresa o sin alterar las acciones llevadas a cabo en tu hogar familiar. Las “soluciones de ahorro de energía” proponen una alternativa sostenible y sustentable que busca mejorar el confort higrotérmico mediante un uso adecuado de recursos.

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