La generación distribuida de energía es una alternativa con creciente valoración.

En un escenario de reiterados cortes de luz sorpresivos o programados, boletas de electricidad que aumentan sin respiro y preocupación por el deterioro al medio ambiente que produce la incesante emisión de gases de efecto invernadero, la generación distribuida de energía aparece como una alternativa con creciente valoración. ¿En qué consiste esta práctica, cuál es la situación actual en nuestro país y por qué es una buena idea enfocar esfuerzos en esa dirección? En este artículo de Tridia respondemos estos interrogantes.

La energía es sin duda un bien estratégico para el desarrollo de las sociedades y su crecimiento económico y, a la par, cada vez más escaso. Esta situación pone en evidencia la necesidad de enfocar esfuerzos en desarrollar fuentes de producción de energías alternativas a las tradicionales, en conjunto con otras estrategias de eficiencia y ahorro energético. La generación distribuida de energía, conocida también como generación “in situ”, entra a jugar en acá como un mecanismo ideal para dinamizar el desarrollo de las energías renovables.

Generación distribuida de energía: ¿de qué se trata esta forma de producción en franco crecimiento?

La generación distribuida de energía consiste en producir energía a pequeña escala, utilizando muchas pequeñas fuentes ubicadas en el propio lugar de consumo o zonas aledañas. Esta práctica, que se sustenta principalmente en la microgeneración eólica o solar, significa un cambio de paradigma en la forma de acceder a este recurso básico para la vida: los usuarios dejan de ser clientes para convertirse en prosumidores, con posibilidad de consumir el valor producido o inyectarlo a la red eléctrica para su comercialización.

En la provincia de Santa Fe, por ejemplo, la producción in situ ya es una realidad abierta a todos los habitantes que quieran producir toda o parte de la electricidad que usan, ya sea movidos por la intención de ahorrar en la facturación de electricidad, de cuidar el medio ambiente o de conseguir un grado de independencia del sistema de distribución general. El programa PROSUMIDORES incentiva a los usuarios residenciales y pequeñas empresas a convertirse en productores de su propia energía, volcándola a la red eléctrica y obteniendo el beneficio de una tarifa diferencial de $5,50 por cada kW/h generado.

En Salta existe una normativa similar, que en mayo de 2017 autorizó la incorporación al sistema de conexiones monofásicas menores a 5 kW y conexiones de media tensión. Así, los usuarios residenciales y los industriales antes excluidos pueden sumarse a la producción de energías limpias dentro de sus locaciones, participando activamente en el cuidado del medio ambiente y consiguiendo ahorrar en la factura de electricidad.

En lo que respecta a normativa de alcance nacional, se avanza con el proyecto de ley titulado “Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable Integrada a la Red Eléctrica Pública”. En septiembre de 2017, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción a esta propuesta, con foco en la generación distribuida de energía destinada al autoconsumo e integración de eventuales excedentes a la red de distribución. Ahora, resta ver el tratamiento y voto en el Senado de la Nación.

La generación distribuida permite consumir el valor producido o inyectarlo a la red eléctrica para su comercialización.

Ahora bien, ¿cuáles son las ventajas de la generación distribuida de energía limpia? A continuación explicamos las principales.

5 razones por las que es bueno optar por la generación distribuida de energía

Son varias las ventajas que esta nueva forma de comercialización trae aparejadas, entre las que nos interesa destacar:

Cuidado del medio ambiente. La generación distribuida de energía está dominada por las renovables, las cuales son amigables con el planeta, pues en su producción no se generan los nocivos gases de efecto invernadero. Esto las hace aliadas indiscutibles en la lucha contra el cambio climático.

Menos pérdidas en comparación con el esquema de comercialización habitual, en donde las centrales eléctricas se encuentran distantes al consumo demandando una extensa logística de transporte, la microgeneración de energía se da en las cercanías. Esta diferencia, permite ahorrar el casi 30% de la energía que hoy se pierde en el transporte y almacenamiento.

Mayor confianza y previsibilidad de disposición. Al existir cientos de pequeñas fuentes de producción, se reduce el riesgo de falta del suministro debido a fallas en el sistema eléctrico. De producirse un problema, este no es masivo. Además, las energías limpias son seguras para los usuarios.

Costo accesible. En la actualidad, la tecnología aplicada en la generación distribuida de energía, como los paneles solares térmicos, los colectores de energía solar y las turbinas de viento, tiene una buena relación costo-beneficio. Una vez realizados el análisis de los recursos disponibles y la inversión inicial, los insumos constantes para la producción (el sol y el viento) son gratuitos e ilimitados.

Independencia. Gran parte de la energía consumida en el país se compra a otras naciones, lo que genera dependencia. La generación distribuida de energía, en dónde las fuentes están distribuidas en territorio propio, colabora a la reducción de esta dependencia.

Como vimos, la generación distribuida de energía está creciendo, de la mano del impulso que la Ley 27.191 y demás normativa asociada. Al mismo tiempo, gracias a la investigación y avances tecnológicos, conseguir un ambiente de vida más seguro, limpio, confortable y económico es cada vez más posible.

En Tridia somos especialistas en diagnosticar el comportamiento en el uso de la energía, definir métodos de control y optimización e implementar acciones de mejora, todo esto en una relación de atención personalizada y metodología de trabajo específica para el diseño e implementación de proyectos a medida.

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