Los colectivos eléctricos están cada vez más cerca de desembarcar en Argentina, a partir de las ventajas definidas por el Decreto 51/2018, firmado recientemente por el Presidente de la Nacion, Ing. Mauricio Macri. Esta nueva disposición, según se detalla en su texto introductorio, nació en respuesta a la necesidad de reducir el impacto negativo que producen al medio ambiente los gases emitidos por los motores de combustión interna y busca fomentar la producción nacional de medios de transporte ecologicos
El decreto establece dos beneficios. Por un lado, las empresas interesadas en importar colectivos eléctricos para su comercialización gozarán de una reducción en los derechos de importación y en segundo lugar, quienes presenten un plan de producción local accederán a un tratamiento arancelario diferencial, pagando 0% de impuestos. En este artículo de Tridia analizamos el objetivo de la nueva legislación y descubrimos la experiencia de las ciudades que ya han picado en punta en la utilización de colectivos eléctricos.
Los colectivos eléctricos son el nuevo desafío de la industria nacional
Como ya hemos tratado en otros artículos, las acciones de fomento para que empresas y particulares se decidan a migrar a energías provenientes de fuentes renovables están cada vez más presentes en la agenda nacional. En esa línea, a los incentivos vigentes para quienes se animen a convertirse en prosumidores o hasta productores de energía, se suma con esta nueva reglamentación la promoción de utilización y producción de vehículos con nuevas motorizaciones, amigables con el medio ambiente.
La intención a mediano plazo es favorecer la fabricación local de este tipo de tecnologías, e incluir también la participación de fabricantes de autopartes nacionales en el proceso de producción. Como paso previo, el decreto posibilita por el plazo de 3 años la comercialización de colectivos eléctricos, importados con impuesto reducido. El cupo de importación global fue fijado en 350 unidades, con una asignación máxima de 60 unidades por empresa solicitante y alcanza a colectivos eléctricos nuevos, propulsados por motores eléctricos exclusivamente.
Para las compañías que presenten un plan de producción local de colectivos eléctricos, de similares características a los que se importen al amparo de la medida, el arancel de importación será del 0%. Para hacer uso de este beneficio, la producción deberá efectivamente comenzar antes de los 2 años y deberá, además, tendrá que cumplir con un mínimo de integración de partes nacionales: 10% durante los dos primeros años de producción y 25% a partir del tercero.
¿Por qué es importante apuntar al crecimiento de los medios de transporte ecológicos? ¿Cuál es el panorama en el mundo en el uso de esta tecnología? Nos explayamos sobre estas preguntas a continuación.
¿Cómo contribuyen los colectivos eléctricos al cuidado de la salud y el medio ambiente?
En un estudio difundido en septiembre de 2017 en el contexto de la celebración de la semana de la Movilidad Sustentable, ONU Medio Ambiente estimó que, si se implementara un recambio de colectivos y taxis de combustión fósil por alternativas eléctricas en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, sería posible evitar la muerte asociada a la contaminación del aire de 1595 personas hasta el año 2030. Según el mismo estudio, ese recambio de tecnología permitiría, además, ahorrar más de cuatro millones de dólares en combustible y evitaría la emisión de 5.2 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
Extendiendo la estimación a 22 ciudades latinoamericanas, con el recambio de tecnología se ahorrarían 64 millones de dólares y se ayudaría a evitar la muerte prematura de más de 36 mil personas, a causa de enfermedades respiratorias asociadas a la calidad del aire. Estos números, sin duda, se constituyen por si mismos en pruebas de las ventajas que un sistema integral de transporte ecológico aportaría a la comunidad y demuestran que los colectivos eléctricos, en conjunto con otros vehículos similares, son el medio de transporte más eficiente que existe en la actualidad.
Visto desde la situación actual parece una utopía, pero, una ciudad íntegramente movilizada por transporte público eléctrico es posible y significaria un gran ahorro energético.
En Shenzhen, por ejemplo, sub-provincia de China con casi 11 millones de habitantes, ya es una realidad. En diciembre de 2017 esta ciudad completó la transición del 100% de su flota de autobuses a versiones alimentadas con electricidad. En total, cuenta con 16.359 colectivos eléctricos, abastecidos por 8 mil puntos de carga distribuidos en 510 estaciones. ¿Cuál es el ahorro estimado de energía si se los compara con buses diesel? Aproximadamente un 73%.
Rusia también está en plan de deshacerse de los autobuses tradicionales para reemplazarlos por colectivos eléctricos a partir del año 2021. Buscan reducir significativamente el nivel de emisiones contaminantes a la atmosfera y también hacer más confortable el viaje para los pasajeros, gracias al menor nivel de ruido y vibraciones de este tipo de transporte. Durante 2017 se probó con éxito el “electrobus” en las ciudades de Moscú y Siberia, recorriendo más de 13.500 kilómetros y transportando 25 mil pasajeros.
Si nos concentramos en Argentina, existen proyectos en cartera que buscan reemplazar buses tradicionales por colectivos eléctricos, y que comparten el objetivo de reducir las emisiones gaseosas y su consecuente impacto ambiental nocivo. Autoridades del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por ejemplo, anunciaron recientemente un plan de inclusión de colectivos eléctricos, según el cual todas las líneas que circulan por el territorio de la ciudad deberán incorporar al menos una unidad eléctrica a su flota en 2018. El principal desafío para concretar esta idea es disponer de una adecuada red de abastecimiento de energía eléctrica para alimentar a los colectivos eléctricos.
A casi ninguna persona le quedan dudas que la migración a energías limpias es una necesidad más que un gusto. Las grandes urbes optimizan cada vez más su funcionamiento, contagiando a individuos, empresas y urbanizaciones a hacer un uso racional de los recursos no renovables del planeta. En Tridia trabajamos codo a codo con nuestros clientes para diseñar proyectos de eficiencia energética que optimizan el tiempo y presupuesto disponibles y contribuyen a la preservación del medio ambiente y a reducir gastos en electricidad
