En la actualidad, cada vez más empresas buscan contribuir a frenar el cambio climático. Desde el sector privado, se ha intentado aportar a esta causa a través de la responsabilidad social empresaria, de la que se desprende la inversión socialmente responsable. Este concepto implica la contribución activa y voluntaria por parte del sector privado a la mejora social, económica y ambiental, con el fin de mejorar el valor añadido que brindan cada una de estas corporaciones.
El cambio llegó para quedarse. La globalización ha iniciado un proceso intenso de flujo de capitales que se mueven a lo largo y ancho del planeta, impactando directamente en el desarrollo socioeconómico de los individuos que lo habitamos. Este capitalismo financiero comenzó a frenar sus incentivos económicos para centrarse en cuestiones que fueran más allá de la burbuja especulativa, como el buen gobierno de las empresas y su responsabilidad social y medioambiental.
En este contexto, nace la inversión socialmente responsable como respuesta a las demandas sociales generadas en gran medida por el daño que las grandes empresas realizan indirectamente a la sociedad. De esta forma, a través de criterios económicos, medioambientales y sociales, el sector privado contribuye en aportar su grano de arena al bienestar social.
Introducción a la inversión socialmente responsable
En la práctica empresarial muchas veces el foco está puesto en incrementar beneficios; generando mayores ingresos a menores costos. En esta carrera por la competitividad, desde Tridia nos preguntamos qué rol juega la sociedad civil en este proceso y cuál es el precio que la misma paga a nivel social y medioambiental en este contexto.
Según un estudio realizado por Naciones Unidas en 2010, la polución generada por las empresas más grandes del mundo representaba entre el 6 y 7 por ciento de su producción total. Este estudio, publicado en medio de una creciente preocupación por el daño al planeta provocado por el sector privado, reveló que el costo de la contaminación causado por las compañías más grandes del mundo eliminaría más de un tercio de sus ganancias si éstas fueran sostenidas financieramente de manera responsable.
Pero, ¿qué implica la inversión socialmente responsable? Este término se asocia a criterios éticos, sociales y ambientales que representan una de las ramas de la responsabilidad social empresaria (RSE). Aunque ambos conceptos poseen puntos en común y dirigen sus esfuerzos cambios positivos, la ISR incorpora estas pautas en la toma de decisiones inversoras. De esta manera, se promueve la liquidez, estabilidad y rentabilidad impulsando la demanda de productos financieros con una visión responsable.
La ISR fomenta la interacción del respeto y el compromiso con la sociedad y el medioambiente del que formamos parte. En este sentido, se recomienda a las firmas incluir en sus propuestas y planes de desarrollo económico aspectos reales de respeto a las obligaciones sociales, la protección y el cuidado del medioambiente, sin dejar de lado el beneficio puramente económico.
¿Cómo comenzar a invertir de manera responsable?
Accionar con estas bases tiene fines nobles: mejora la situación competitiva de la empresa, su imagen frente a terceros y el valor añadido que brinda dentro de una comunidad determinada. Este sistema de evaluación de desempeño, conocido como el triple resultado, es una característica propia de los negocios sustentables.
Otra de las opciones que forma parte de la estrategia ligada a la inversión socialmente responsable recibe el nombre de shareholder advocacy o también conocido en su traducción al castellano como activismo accionarial. Este abordaje implica que tanto inversores como accionistas ejerzan su derecho a voto y actúen como mediadores, con una mirada global, para intentar presionar a que la empresa adopte medidas respetando los principios de la ISR.
Por otra parte, el crowdfunding se establece también como uno de los principales canales de actuación para la inversión socialmente responsable. Esta opción permite a los inversores financiar proyectos o programas con los que se sientan más a gusto y que aporten valor social. En esta línea, una de las ventajas que presenta esta estrategia es que puede contribuir a proyectos con pequeñas sumas de dinero; por lo que una mayor parte de personas puede realizarlo.
El impacto de la ISR en el contexto actual
Tras hacer un pantallazo rápido de definiciones, te preguntarás cuál es el impacto de la inversión socialmente responsable. ¿Acaso son ideas utópicas o pueden llevarse a la realidad sin afectar la rentabilidad empresarial? Según un informe de la Global Sustainable Investment Alliance (GSIA), la ISR ha crecido a un ritmo del 61% desde 2012. Además, el Morgan Stanley Institute for Sustainable Investing encontró que el 71% de los inversores individuales activos demuestra interés en inversiones sostenibles de este tipo. Estos datos son positivamente increíbles y permiten comprender la envergadura de este movimiento.
Por si esto fuese poco, se espera que este mercado continúe en ascenso durante los próximos años ya que, por ejemplo, dos de cada tres inversores españoles resaltan la importancia de la inversión social responsable, como lo indica el estudio La inversión en la creación y desarrollo de empresas verdes en España, realizado por la Fundación Biodiversidad que depende Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de dicho país europeo.
Esta opción encaja perfectamente con la visión a largo plazo del mercado, donde se ha producido una toma de conciencia generalizada. Uno de los puntos más importantes que presenta el informe de la Fundación Biodiversidad es que los inversores consideran que las empresas ambientalmente responsables son más eficientes, se encuentran mejor gestionadas y se desenvuelven mejor en los mercados. Esta información alienta a continuar por este camino de desarrollo sustentable, en donde el sector privado juega un rol fundamental para paliar los daños que ellos mismos muchas veces producen.
H2: FAQs sobre la inversión socialmente responsable
En este apartado, desde Tridia daremos respuesta a preguntas que puedan surgir rápidamente en tu cabeza tras haber leído hasta acá esta nota.
¿Por qué ha crecido la ISR?
Existen diferentes argumentos que explican la evolución de la inversión socialmente responsable. Una de las razones puede ser la buena evolución bursátil, ya que en los últimos años se han volcado recursos hacia la renta variable. De esta manera, diferentes flujos monetarios han buscado mayores niveles de rentabilidad y la ISR respondió a las necesidades del mercado en este sentido. Por otra parte, se ha producido una toma de conciencia generalizada con respecto al bienestar social y al medioambiente y esto puede haber sido un motivo para mejorar este aspecto
En esta línea, muchos gobiernos del mundo han demostrado un gran apoyo a las inversiones socialmente responsables, lo que ha promovido el destino de fondos hacia estas iniciativas. Por último, y no menos importante, este tipo de negocios brinda los mismos réditos que una transacción convencional y, por lo tanto, el beneficio es intrínseco generando un impacto positivo asociado al medio ambiente.
¿Cuál es la diferencia entre una inversión ética (ISR) y una inversión solidaria?
Al hablar de inversión socialmente responsable, éste término es fácilmente vinculado con los llamados fondos éticos. Estos capitales son destinados a empresas previamente seleccionadas en función del cumplimiento de ciertos requisitos éticos ya que, por ejemplo, los inversores no desean que su dinero sea volcado en negocios con los que no están de acuerdo. De aquí se desprende la ISR que podría nombrarse como una rama medioambiental sobre estos capitales.
Pero no debemos confundir este término con los fondos de inversión solidarios, basados en micro créditos que financian proyectos de desarrollo, como por ejemplo pequeñas empresas que generan un impacto positivo en la comunidad global sobre la que actúan. Estas inversiones mayormente están destinadas a cuestiones de relevancia social, sea cual fuere su área de cobertura.
¿Cómo podemos medir la ISR a nivel mundial?
Aquí te mostraremos ejemplos de mediciones que te permitirán comprender mejor la dimensión de esta nueva tendencia. Por ejemplo, el Dow Jones Sustainability Indexes (DJSI), índice integrado por
300 empresas marcaba, en agosto de 2005, 7,8 trillones de dólares en inversión socialmente responsable. Este indicador, que representa al 10 por ciento de las 2500 mayores empresas de capitalización bursátil del mundo, demuestra el tamaño de este tipo de apuestas a nivel mundial.
Por otra parte, en 2001 se creó el DJSI STOXX focalizado en medir los niveles de ISR en el accionar de empresas europeas; para lo que se toman en cuenta al 20% de las mejores compañías establecidas por el índice Dow Jones STOXX 600. Otra de las iniciativas en esta línea fue la propuesta por FTSE4Good, en asociación con EIRIS, quienes promovieron los Índices FTSE4Good. Estos indicadores contemplaban un criterio de selección sobre firmas que demostraran estar ejerciendo mejores prácticas en tres ámbitos específicos: respeto y protección de los derechos humanos, relaciones con las partes interesadas y sostenibilidad medioambiental de su actividad.
Desde Tridia, te recomendamos chequear algunas de estas mediciones para comprender aún más del impacto de este movimiento a nivel global.
¿Hacia dónde debemos enfocar la inversión socialmente responsable?
Tal como hemos mencionado, el informe de la Fundación Biodiversidad destaca y recomienda diferentes áreas con mayores posibilidades de rendimiento económico para inversores y emprendedores:
- La eficiencia energética
- La economía circular
- La movilidad sostenible
- La gestión del agua
- Las ciudades inteligentes
- La optimización de los recursos naturales
- Los servicios de soporte eficientes
Desde Tridia consideramos importante promover y continuar creciendo con este tipo de inversiones preocupadas por el daño que la humanidad ha realizado al Planeta Tierra. Con el objetivo de poner un freno a estos efectos, te proponemos que visites nuestra página y conozcas más sobre nuestras soluciones tecnológicas que promueven la eficiencia energética. ¡Avancemos juntos en esta línea!
