En la actualidad, la protección de activos es una prioridad tanto para empresas como para barrios cerrados y hogares. Un circuito cerrado de TV es un sistema integral de videovigilancia, que puede adaptarse a las necesidades de prácticamente cualquier lugar y tiene múltiples aplicaciones en la protección anti robo, en el control de procesos productivos, en la vigilancia de niños y muchas otras funciones. En este artículo te contamos cómo opera un CCTV, qué alternativas tecnológicas ofrece el mercado y qué debes hacer para asegurarte que la solución que implementes te brinde los resultados que necesitas.
Desde hace unos años, la vigilancia mediante video ha alcanzado todos los aspectos de nuestra vida. Comenzamos viendo esta arquitectura en las películas, como elemento distintivo de la ciencia ficción, pero en la actualidad ya no nos asombra su presencia masiva, tanto en lugares públicos como privados. La decisión de instalar un circuito cerrado de TV, o CCTV según su sigla, es muy habitual y ya no se limita a grandes empresas, organismos públicos o complejos residenciales, sino que alcanza a hogares particulares y pequeñas organizaciones en búsqueda de la tan ansiada tranquilidad.
La denominación “circuito cerrado” viene del hecho que los diferentes componentes del sistema están conectados, enlazados entre sí, y a que las imágenes que se recolectan y generan a través del mismo no pueden ser vistas fuera de él.
Como dijimos antes, las alternativas que este tipo de sistemas ofrece son innumerables, haciéndolos adaptables a requisitos de diferentes tipos de locaciones. Pueden estar compuestos simplemente por una o más cámaras conectadas a un monitor de televisión que reproduce las imágenes capturadas, o enlazarse a sistemas integrados de seguridad, que permiten un monitoreo y visión completa en contextos complejos.
Dada esta situación, la clave para tener éxito en un proyecto es planificar cuidadosamente las necesidades y trabajar con un equipo de consultores en seguridad especializados y experimentados como el de Tridia.
¿Cómo funciona un circuito cerrado de TV?
Un CCTV está formado básicamente por cámaras, un medio de transmisión, monitores, sistemas de registro, grabación de datos y algunos otros elementos complementarios, como lentes y dispositivos de almacenamiento y procesamiento de la información recolectada.
Su funcionamiento es simple: las cámaras CCTV captan las imágenes de las zonas que están siendo monitoreadas, las que luego son transmitidas a los monitores que las reproducen utilizando diferentes medios, como por ejemplo, cable coaxial, fibra óptica, cables UTP o los más modernos sistemas inalámbricos, que no necesitan cables de ningún tipo.
Partiendo de este esquema base, la tecnología actual permite que los sistemas puedan complejizarse, adecuándose al presupuesto disponible, las necesidades de las locaciones a vigilar y otros factores. Lo que tenés que tener en cuenta es que un circuito cerrado de TV ideal proporciona las siguientes ventajas:
- Permitir que una instalación con gran flujo de público esté abierta y, a su vez, segura y protegida.
- Vigilar los perímetros y lugares de acceso a tu organización, urbanización, campus educativo, u otros, para detectar la presencia de personas no autorizadas y poner en marcha procedimientos de ataque en caso de que sea necesario.
- Ver en tiempo real qué está sucediendo en las áreas vigiladas, tanto a través de monitores especialmente dedicados, como mediante tablets, computadoras o smartphones.
- Brindar la posibilidad de grabar y acceder a eventos importantes almacenados de forma fácil y rápida, eligiendo la programación deseada de la grabadora de video.
- Conectar el CCTV con otros sistemas de alarmas y posibilitar el envío de avisos de esos equipos a los monitores de vigilancia.
Elegí la tecnología más adecuada para tu necesidad
Como dijimos antes, la amplitud de opciones del mercado es grande. Teniendo en cuenta este hecho, ¿qué factores debés analizar para diseñar el mejor circuito cerrado de TV? ¡Te los contamos a continuación!
1- Cámaras:
Existe un portfolio muy amplio de cámaras. No es que una sea mejor que la otra, sino que en cada caso sus características y aplicaciones tienen ventajas y desventajas. Tu objetivo para seleccionar la adecuada debe ser tener en claro qué necesitás. Por ejemplo, ¿cómo son las zonas que querés vigilar?
La alternativa adecuada cambia si tu objetivo es vigilar los perímetros de tu empresa, barrio u hogar para evitar intrusiones o si intentas controlar un proceso productivo. También, será diferente la cámara a elegir dependiendo de las condiciones climáticas del lugar en donde vas a instalarlas y de la iluminación disponible. Estos factores pueden hacer necesaria la compra de una cámara con visión nocturna, o determinar el color y resolución mínimos para obtener imágenes nítidas.
Si las dimensiones del lugar son extensas, deberás elegir lentes que te permitan tener rangos de visión óptimos y serán útiles otras tecnologías, como la detección de movimiento y notificación de incidencias, que permiten que las grabaciones se activen al detectar una necesidad, evitando la grabación constante de imágenes inservibles y consiguiendo ahorro de espacio.
Otro aspecto que tenés que evaluar es el sistema de gestión y los recursos de los que dispones. Tanto el sistema de monitoreo como el de grabación presentan alternativas adecuables al personal afectado y características del sector.
Por ejemplo, los sistemas modernos permiten que las cámaras sean controladas remotamente desde centros de operación y monitoreo, configurando a distancia el zoom, inclinación y panorámica, entre otras funciones. Además, puede elegirse que los monitores sean observados en tiempo real o que se acceda de forma remota utilizando internet y dispositivos electrónicos, cuando se lo desee o si se recibe una alerta de incidente.
Asimismo, hay equipos que permiten la grabación de una secuencia de tiempo, captando imágenes continuas, mientras que otros posibilitan que se defina el intervalo de tiempo que se quiere filmar, obteniendo grabaciones parciales.
2- Equipos de grabación y almacenamiento:
Si ante la ocurrencia de un evento necesitás analizar las imágenes grabadas, la calidad y fácil disponibilidad de las grabaciones es fundamental. En este sentido, los circuitos cerrados de TV más modernos utilizan sistemas de Grabador de Video Digital, conocidos por su abreviatura “DVR”, que tienen muchas ventajas por sobre los tradicionales dispositivos de grabación en cinta (VCR). La diferencia principal se da en la durabilidad y facilidad de rastreo así como en la localización de imágenes.
Estos equipos poseen múltiples funcionalidades que permiten, por un lado, almacenar las secuencias de video en discos duros y, por el otro, administrarlas y manipularlas según se necesite, gracias a modernos software.
En estos sistemas, varias cámaras pueden compartir un mismo monitor y hardware de almacenaje. Hay equipos que soportan desde 6 hasta 64 cámaras, con posibilidad de que cada una grabe a diferente velocidad, dependiendo de la importancia de las escenas. La tecnología también permite escoger qué cámara se quiere visualizar en un monitor, e ir alternándolas según se desee. Sin embargo, los equipos más modernos utilizan multiplexores, que son dispositivos que permiten ver en una misma pantalla las imágenes captadas por diferentes cámaras.
Un buen servidor IP con gran capacidad de almacenamiento es también vital para acceder a las imágenes en vivo y grabadas. En estos dispositivos, las imágenes suelen comprimirse para ahorrar espacio al tiempo que posibilitan la recuperación de los videos a una calidad aceptable.
Consejos que debes tener en cuenta para implementar un sistema de calidad
Un buen sistema garantiza el registro y supervisión de los lugares a proteger. Pero en muchas ocasiones, en el afán de recolectar la mayor cantidad de imágenes posibles se hace foco en la cantidad y no en la calidad, teniendo un resultado inverso al esperado.
Tener datos de calidad implica que las imágenes sean nítidas y útiles. De nada sirve disponer de video-grabación continua si las cámaras no tienen la iluminación necesaria o en enfoque correcto. En general, más de la mitad de las grabaciones no sirven como prueba en casos de incidentes, debido a su baja calidad. Si se instalan sistemas de diseño pobre o estándar suele darse esta situación, por lo que es imprescindible que confíes el diseño y la instalación del circuito cerrado de TV a una compañía que pueda demostrar experiencia y casos de éxito.
Otra pata de un circuito cerrado de TV de calidad es su posibilidad de gestionar eficientemente los datos generados. Y en este punto entra en importancia también los procesos y procedimientos de trabajo en el caso de compañías y urbanizaciones, y la idoneidad del personal que trabaja con el CCTV. Antes y durante la implementación tenés que capacitar correctamente al equipo responsable, con contenidos adecuados a cada función e incorporar simulaciones que permitan ganar práctica y confianza al momento de tener que actuar por un siniestro real.
Como hemos analizado en este artículo, instalar un circuito cerrado de TV de calidad es posible combinando la tecnología adecuada con la planificación estratégica de nuestro equipo profesional. Contactanos para que comencemos a delinear tu solución.
