La adquisición del conocimiento puede verse afectada por cuestiones socioeconómicas, la predisposición del docente o los contenidos analizados en una clase en particular. Pero frecuentemente no se toman en consideración factores del contexto como la importancia de la calidad de la luz en el aprendizaje. ¿Sabías que los niveles lumínicos pueden afectar el rendimiento de un alumno? Conoce más sobre este tema para construir dichas condiciones mediante la iluminación en espacios cerrados.
El aprendizaje se define como la adquisición del conocimiento por medio del estudio, el ejercicio o la experiencia. En este proceso, cumplen un gran rol las características fisiológicas y psicológicas del individuo, entre otras cuestiones importantes como factores hereditarios e incluso el orden de nacimiento de los hijos. Si, leíste bien. La denominada “birth order theory”, desarrollada por una legión de psicólogos de Alfred Adler, expuso que los primeros hijos se llevan las expectativas y el perfeccionismo de los padres, por lo tanto éstos exigen más y los mismos pueden alcanzar mayores niveles de aprendizaje.
En estos estudios, muchas veces quedan de lado cuestiones cotidianas tales como las condiciones del entorno que colaboran en el progreso del conocimiento. En esta nota hablaremos sobre el impacto de la calidad de la luz en el aprendizaje. ¡Aprendé más sobre este tema no tan explorado pero sí muy importante!
Condiciones del contexto para un buen desarrollo del aprendizaje
Frecuentemente, para evaluar el proceso de adquisición del conocimiento se ha puesto el énfasis en la calidad del material educativo, los contenidos que se brindan, las habilidades de los profesores para impartir estos saberes y las condiciones socioeconómicas del niño que asiste diariamente a la escuela. En este análisis, que a primera vista parece integral, falta un elemento fundamental: el contexto.
El entorno con el que el alumno interactúa constantemente tiene un gran impacto en el desarrollo del aprendizaje. Pero por contexto no estamos queriendo decir sus niveles de ingresos, la atención que le brindan sus padres o el nivel de polución de la ciudad en la que viven. Estamos hablando de cuestiones más cotidianas a las que debemos prestar más atención. Desde Tridia mencionamos las siguientes:
La luminosidad
La luz es sumamente importante en todo el proceso de vida del hombre y se manifiesta como un elemento esencial en el crecimiento de los más pequeños. Esto es muy simple de conocer a simple vista ya que el organismo humano, se encuentra preparado para desempeñarse de forma correcta durante las horas del día y el cerebro comienza a exigir descanso cuando llega la noche. De esta forma, la luz actúa como una “externalidad reguladora” que marca los pasos de la vida diaria.
Así, y tal como veremos más adelante, la luminosidad se expresa como una condición relevante en el desarrollo y sobre todo la luz solar, que aporta una mayor capacidad de aprendizaje, mejores niveles de concentración, un crecimiento físico mayor y la prevención de enfermedades, entre otras cuestiones.
La ventilación
La corriente de aire es sumamente importante para permitir una necesidad básica que nos permite continuar viviendo: respirar. Al realizar esta acción, el cuerpo humano inhala y exhala aire en unos pocos segundos luego de que las partículas aspiradas recorran una gran parte del cuerpo; desde la nariz hacia los pulmones. El organismo ingresa oxígeno y produce dióxido de carbono en un proceso tan incorporado como involuntario del cuerpo humano.
En esta línea, debemos mencionar, aunque suene obvio, la relevancia del aire limpio y sano para los más pequeños. Es importante que los mismos se encuentren en un espacio con buena ventilación, en lo ideal alejados de sectores contaminados y también cercanos a espacios verdes.
La tranquilidad
El volumen de ruido y la elevación de las voces puede llegar a interrumpir el proceso de adquisición de conocimientos. Pensemos en que los más pequeños son los más propensos a distraerse con cualquier mosca que vuele por el aire. Es por esto que se deben buscar espacios silenciosos lejos del bullicio general, cuestión que muchas veces se intenta tener en cuenta en las escuelas.
El espacio
Aunque este punto puede llegar a pecar de genérico, la clave aquí está puesta en evitar el hacinamiento de los individuos que intentan incorporar diferentes saberes. Por supuesto que esta aglomeración de personas debería potencialmente ser esquivada en todos los ámbitos de la vida, pero genera efectos muy negativos en el desarrollo de los alumnos y su vínculo con el entorno.
Se recomienda disponer de lugares amplios que no estén cargados de decoración. En este punto, es interesante dar a conocer un estudio publicado por la revista Psychological Science, en donde investigadores analizaron si las decoraciones de las aulas afectaban la capacidad de los niños para mantener la atención durante las clases y aprender el contenido de la lección.
Para realizar esta investigación, se impartieron tres lecciones en un espacio muy decorado y tres en otro con escasos adornos a un total de 24 estudiantes de jardín de infantes, sobre temas con los que no estaban familiarizados. La prueba que se les tomó a los pequeños determinó que el 55% de los alumnos que habían estado en el aula sin decoración contestaron de forma correcta, mientras que el aula con ornamentos produjo un descenso al 42% de estos valores.
Ana Fisher, autora principal del estudio y profesora asociada de psicología en la Dietrich College of Humanities and Social Sciences, aseguró que “los niños pequeños pasan mucho tiempo – por lo general todo el día – en el mismo salón de clases y hemos demostrado que el entorno visual de un salón de clases puede afectar al aprendizaje”.
Los colores
Diferentes tonalidades generan estímulos visuales en las personas y sobre todo en los más pequeños. Muchas veces los profesores utilizan gamas de colores vivos para resaltar determinados puntos pero no deben abusar de este recurso ya que, como se ha mencionado, la sobrecarga de impacto visual puede llevar a la desconcentración de los alumnos, generando un efecto contrario al buscado inicialmente.
Discusiones sobre el impacto de la calidad de la luz en el aprendizaje
El estudio sobre la influencia de la iluminación en el rendimiento escolar tiene una larga historia que procuraremos resumir. En los últimos 50 años, muchos investigadores han intentado conocer el impacto de la calidad de la luz en el aprendizaje. Uno de los primeros en indagar sobre estas cuestiones fue el científico Allan Collins quien concluyó en su estudio que la ausencia de grandes ventanas no tenía un gran impacto en el rendimiento de los alumnos.
Muchos años más tarde, un estudio realizado por los especialistas Rikard Kuller y Carin Lindsten explicó que la iluminación artificial afectaba negativamente a la producción de hormonas de estrés, al desarrollo corporal y producía enfermedades en los alumnos que afectaban sus niveles educativos. Además, la luz generada por tubos fluorescentes de ese entonces alteraban la situación normal de los niños y perjudicaba la concentración de los mismos y su cooperación con otros compañeros.
En 2009, un estudio más positivo sobre el efecto de la luz aterrizó en la investigación de la mano de Barkman, Wessolowsku y Schultle-Markwort quienes encontraron que una iluminación especial en un aula podía mejorar el desempeño académico de individuos entre los 8 y 16 años; de acuerdo a estudios realizados en el norte de Europa y Singapur.
Más cercano a nuestros tiempos Küller, Ballal, Laike, Mikellides y Tonello, analizaron a 988 personas en 2016 en diferentes estaciones y lugares del mundo y arribaron a la conclusión de que existen distintos estados de ánimo a lo largo del planeta. En este sentido, el diseño de los espacios cerrados difiere ya que las personas de países situados cerca del Ecuador tienen cambios de humor que generan respuestas a diferentes niveles de luz y color, frente a otras alejadas del trópico. Es así como las personas que viven en climas calientes se adecúan más al uso de colores vivos y reaccionan negativamente a los oscuros mientras que en países nórdicos sucede lo opuesto.
Entonces, ¿la calidad de la luz en el aprendizaje puede afectar el rendimiento?
Hasta no hace mucho tiempo, la importancia de la luminosidad sólo se veía reflejada por la vitamina D en la piel y el ciclo del sueño. La Universidad Antonio de Nebrija ha llevado adelante una evaluación que determinó que la luz natural genera efectos positivos sobre la capacidad de aprender de los alumnos, mayor concentración y la prevención de enfermedades.
Además, esta investigación también estableció que la luz solar beneficia al desempeño de alumnos con un ritmo de aprendizaje más lento y también mejora su estado emocional. En este sentido, puede afirmarse que la capacidad de atención y de desarrollo cognitivo puede incrementarse con ayuda de luz biológicamente optimizada.
Se ha comprobado por la empresa fabricante de iluminación OSRAM, que frente a una iluminación diseñada para simular la luz natural, los alumnos obtienen mejores resultados finales y mayores niveles de concentración. En este sentido, el estudio comprueba también que estas estrategias, que simulan luz natural en espacios interiores, generan efectos positivos en el organismo biológico y en el proceso de aprendizaje.
Desde hace algún tiempo es bien conocido que la luz afecta la capacidad visual, manifestada por ejemplo en la percepción del color. Su presencia es positiva y su ausencia provoca bajones de ánimo y dificultades en el cerebro para procesar la información. En la vida de los seres humanos, la luz se relaciona con estados de alerta e influye en el ritmo cardíaco en cuestiones tan importantes de la vida como el desarrollo del conocimiento. Trasladado al ámbito educativo, la luz solar, y en el caso de los espacios cerrados su reemplazo por iluminación de forma optimizada, mejora las condiciones del entorno para propiciar un alto rendimiento de los alumnos.
Desde Tridia, te proponemos conocer más sobre nuestra solución tecnológica de iluminación sostenible y sustentable que permite recrear las condiciones de luz natural generando efectos positivos, como hemos visto, en la adquisición de conocimientos. Esta situación se da al generar espacios cerrados amenos para desarrollar estos procesos formativos con un consumo de energía responsable al colaborar con el medioambiente. ¡Sumate al cambio!